Tu cuerpo, tu historia, tu decisión. Nadie tiene derecho a violentarte.

Cada día, miles de mujeres enfrentan formas de violencia sin saber que lo son. La violencia no

siempre deja marcas visibles… pero siempre deja huellas.

Las marcas de la violencia también se sienten en el miedo, en la culpa o en el silencio. Hoy queremos que lo sepas, no estás sola.

Cada mujer tiene derecho a ser escuchada, respetada y acompañada, en su casa, en su escuela, en su trabajo y, también en los servicios de salud, sin miedo y sin humillaciones.

Pero la violencia no siempre empieza con un golpe. A veces se disfraza de “celos”, de “te cuido porque te quiero” o de “solo quiero saber dónde estás”. Sin embargo el amor no controla, no humilla, no lastima. La violencia puede comenzar desde el noviazgo —con comentarios hirientes, chantajes emocionales, control del celular o burlas sobre tu ropa y amistades— y con el

tiempo puede escalar hasta la violencia física o sexual.

Si alguien te hace sentir miedo, culpa o te aísla de las personas que amas, eso no es amor, es

violencia.

Tampoco lo es cuando tu pareja:

• Te revisa el celular o tus redes.

• Te dice cómo vestirte o con quién salir.

• Te culpa de sus enojos o reacciones.

• Te amenaza con terminar si no haces lo que quiere.

• Se burla de ti o te hace sentir poca cosa.

La violencia tiene muchas formas. Aprender a reconocerla es el primer paso para detenerla.

La violencia no sólo ocurre cuando hay golpes. También se da cuando alguien te humilla, te controla, te ignora o te hace sentir miedo.

Según la NOM-046-SSA2-2005, existen distintos tipos de violencia que afectan directamente a las mujeres:

• Psicológica: gritos, burlas, celos, control, humillación o manipulación emocional.

• Física: empujones, golpes, asfixia o uso de la fuerza para causar daño.

• Sexual: cualquier acto o insinuación sin tu consentimiento, incluso dentro del

matrimonio o relación.

• Económica o patrimonial: controlar tu dinero o tus bienes, impedirte trabajar o decidir

sobre tus ingresos.

• Abandono: dejarte sin apoyo cuando hay una obligación legal o emocional de hacerlo.

Nombrarlo es liberarte. Reconocerlo es comenzar a sanar.

La violencia también puede ocurrir en hospitales.

Durante el embarazo, parto o puerperio, muchas mujeres son víctimas de violencia obstétrica,

una forma de abuso ejercida por personal de salud al vulnerar su dignidad, privacidad o

decisiones.

La ENDIREH 2021 reportó que 3 de cada 10 mujeres sufrieron algún tipo de maltrato durante

la atención de su parto.

Ejemplos reales:

• No explicar el motivo de una cesárea o realizarla sin autorización.

• Gritar o regañar a la mujer mientras da a luz.

• Negar anestesia o aplicar procedimientos sin consentimiento.

• Presionarla para aceptar métodos anticonceptivos o esterilización

Tienes derecho a:

• Recibir trato digno, respetuoso y sin discriminación.

• Ser informada de manera clara y sencilla sobre cualquier procedimiento.

Autorizar o negar prácticas médicas, incluyendo cesáreas o métodos anticonceptivos.

• Tener contacto piel con piel con tu bebé desde el nacimiento.

• Acceder a atención psicológica y médica oportuna, incluso en casos de emergencia

obstétrica.

• Recibir orientación sobre métodos anticonceptivos seguros y voluntarios.

• Solicitar una segunda opinión médica.

Solicita apoyo en el Servicio Especializado de Atención a la Violencia en la unidad hospitalaria y pide que se registre tu caso como violencia obstétrica.

Vivir sin violencia es un derecho, no un privilegio.

Es normal confundirse con los términos, pero la clave está en el acceso:

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia protege a todas las

mujeres en México, sin importar su edad, estado civil o condición.

Su objetivo es garantizar que ninguna mujer sufra agresiones físicas, psicológicas, sexuales, económicas o patrimoniales, ni en casa, ni en su trabajo, ni en instituciones públicas o privadas.

Tienes derecho a:

• Vivir libre de cualquier forma de violencia.

• Ser escuchada, creída y atendida con respeto y confidencialidad.

• Recibir protección y atención médica y psicológica si has sido víctima.

• Denunciar sin miedo y contar con acompañamiento legal gratuito.

• Participar en decisiones que afecten tu salud, tu cuerpo o tu familia.

• Acceder a programas de apoyo laboral, educativo y refugios temporales.

• Solicitar medidas de protección ante autoridades si tu integridad está en riesgo.

• Contar con información veraz y accesible sobre tus derechos y los servicios disponibles.

Tu cuerpo no necesita permiso para ser respetado.

Hablar puede salvarte. Escucha, denuncia, acompaña.

Si tú o alguien que conoces ha vivido cualquier tipo de violencia, llama:

Línea Nacional contra la Violencia: 800 422 5256

Centros de Salud y Hospitales con atención especializada en violencia familiar y de género

Coordinación Estatal del Componente de Violencia de Género: 442 225 50 33

¿Qué Hago Ahora? Puntos de Atención y Contacto

En la Coordinación Estatal del Componente de Violencia de Género, podemos apoyarte a identificar la situación de violencia, hay una consejería especializada, evaluación e riesgo y plan de seguridad e información lega, podemos brindarte atención médica esencial y especializada para violencia sexual, atención psicológica en crisis y psicoterapéutica, enlace con fiscalía en apego a la NOM046SSA-2005 y estaremos contigo para dar seguimiento.

Contamos con servicios especializados en atención a la violencia en:

• Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer (Turnos matutino, vespertino y especial)

• Hospital General de Querétaro (Turno matutino, vespertino y especial)

• Hospital General de San Juan del Río (Turno matutino y vespertino)

• Hospital General de Cadereyta (Turno matutino)

• Hospital General de Jalpan (Turno matutino)

• Centro Estatal de Salud Mental (Turno matutino)

• Centro de Salud Pedro Escobedo (Turno matutino)

• Centro de Salud Satélite (Turno matutino)

• Centro de Salud Amealco (Turno matutino)

• Centro de Salud Tolimán (Turno matutino)

• Centro de Salud Pinal de Amoles (Turno matutino)

Además tenemos una Clínica del Hombre en donde se brindan grupos de reeducación en el Centro de Salud Menchaca Norte (dos binas de trabajo).